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El galonista Javier Armando Castillo Márquez, de 35 años, fue despedido este jueves con honores por sus compañeros del Benemérito Cuerpo Voluntario de Bomberos de Guatemala, luego de perder la vida en cumplimiento del deber mientras combatía un incendio forestal.
El trágico incidente ocurrió la tarde del miércoles 23 de abril en el kilómetro 9.2, interior del predio número 7 de la ruta al Atlántico, donde Javier participaba en labores de control de un incendio. Durante la intervención, cayó accidentalmente desde un paredón de aproximadamente 50 metros de altura. Sus compañeros acudieron de inmediato, pero al evaluarlo confirmaron que había fallecido a causa del impacto.
Desde la madrugada de este jueves, su cuerpo fue velado en la Estación Central de Bomberos Voluntarios Lic. Rodrigo González Allendes, en zona 3 capitalina. Durante toda la mañana, compañeros de distintas estaciones, personal administrativo y familiares lo acompañaron en su última guardia.
«Les agradezco por quererlo»: la despedida de una madre
En medio del homenaje, la Brigada de Rescate de los Bomberos Voluntarios entregó a la madre de Javier el overol y el casco que él portó con orgullo. Con la voz entrecortada, dijo frente a los presentes:
“Les agradezco de todo corazón a todos y a cada uno por tenerle aprecio, por aconsejarlo, por darle un espacio en la vida de ustedes.”
El Mayor Juan Muñoz, del Directorio Nacional y jefe de Hombres Rana, también dedicó unas palabras a su memoria:
“Hoy despedimos a un verdadero héroe. Un hombre que no solo vestía el uniforme, sino que lo honraba en cada acto de entrega. Tu legado no se apaga y no se apagará. ¡Javier Castillo, presente!”
Una caravana rumbo a Antigua Guatemala
A las 12 del mediodía, inició el traslado hacia la Aldea San Juan Gascón, en Antigua Guatemala, lugar donde se encuentra la 8ª Compañía, sede en la que Javier se formó desde los 14 años como brigadista infantil. A los 18 se graduó como bombero voluntario, y desde hace cuatro años prestaba servicio permanente en la 50ª Compañía, zona 18.
El recorrido fue acompañado por una larga caravana de ambulancias de los Bomberos Voluntarios y unidades de los Bomberos Municipales, que rindieron tributo mientras avanzaban por la Avenida Elena, el Periférico y la ruta hacia Sacatepéquez.
En cada punto del trayecto, el eco de las sirenas y el silencio respetuoso de los presentes daban cuenta de que no se trataba de un adiós cualquiera, sino del último viaje de un servidor público que entregó su vida por salvar otras.
Un legado que no se apaga
Javier Castillo deja atrás una carrera de más de 17 años de servicio con múltiples especializaciones en búsqueda, cuerdas, estructuras colapsadas, rescate acuático como Hombre Rana y un ejemplo para sus dos hijos.
Los Bomberos Voluntarios confirmaron que el entierro se llevará a cabo en el Cementerio General San Lázaro, ubicado en Antigua Guatemala. Ahí culminará el recorrido físico, pero no el recuerdo, de un bombero que vivió bajo la trilogía que rige a la institución: Disciplina, Honor y Abnegación.
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