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La mañana del sábado 26 de abril de 2025, la tranquilidad de Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla se vio interrumpida por un trágico accidente de tránsito ocurrido en el kilómetro 98.5 de la ruta CA-2 Occidente. Un tráiler y dos camionetillas particulares se vieron involucradas en una colisión que dejó dos personas fallecidas y al menos tres heridas.
Gabriel, un hombre que ofrecía servicios de transporte, viajaba junto a su pareja y dos clientas que se dirigían a Escuintla. Según relató su sobrina, Celeste Cobos, en una serie de publicaciones en redes sociales, el accidente se habría originado cuando un camión tipo panel cruzó el arriate central a gran velocidad, invadiendo el carril contrario.
Gabriel intentó orillarse para proteger a su pareja, pero fue aplastado por el vehículo, muriendo en el acto. Las pasajeras del asiento trasero resultaron gravemente heridas; una de ellas falleció más tarde en un hospital.
Los Bomberos Voluntarios de la 32 compañía llegaron rápidamente al lugar para brindar atención prehospitalaria. Mientras algunas personas solo sufrieron crisis nerviosas, otras fueron trasladadas de urgencia. El paso vehicular quedó habilitado únicamente por la orilla de la carretera, mientras agentes de la Policía Nacional Civil y PROVIAL quedaron a cargo de las diligencias.
La tragedia tomó un giro indignante para los familiares de las víctimas. Celeste Cobos denunció que el conductor del camión causante del accidente se dio a la fuga y aunque posteriormente fue identificado, quedó en libertad bajo fianza. Por otro lado, la pareja de Gabriel fue detenida e interrogada, una acción que la familia considera injusta y revictimizante.
“¿Acaso dos vidas humanas valen lo que una fianza?”, dijo Cobos, quien llamó a la ciudadanía a difundir el caso para exigir justicia. Según afirma, las autoridades no emprendieron acciones efectivas para capturar al responsable, dejando a las víctimas sin respuestas.
El caso ha despertado indignación en redes sociales, donde usuarios cuestionan el actuar de las autoridades y la aparente impunidad con la que el responsable fue liberado. La familia ha expresado su intención de seguir con el proceso legal una vez superado el impacto emocional de la tragedia.
Mientras tanto, el dolor persiste, y con él, una demanda urgente: que las muertes de Gabriel y su pasajera no queden impunes.
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