«No quiero ser una carga para mi familia» 

Don José es un hombre de más de 70 años, trabajó en un grupo musical, y también hizo trabajos de construcción. Las condiciones con las que creció no fueron tan favorables para poder estudiar, sin embargo, su pasión por la música surgió desde muy pequeño. «Recuerdo que tenía como 15 años cuando tocaba con dos palos y un bote volteado», expresó el septuagenario al ser consultado desde cuando tocaba el instrumento.

Sentado en las gradas de la entrada de diferentes templos religiosos, dándole sonido a su tambor medieval es como Don José busca generar un ingreso para sustentar sus necesidades diarias. «Por mi edad ya no me dan trabajo, pero tengo que salir a conseguir para mi comida», comentó, el músico, que a pesar de la edad siempre se levanta con el deseo de compartir unas melodías a cambio de una moneda.

Con toques de redoble le hace sentir la sensación de acercase al templo a las personas de una forma espiritual, aunque hay días que genera ingresos para subsistir en algunas ocasiones se tiene que aguantar un poco hasta para comer. Pese a todo esto Don José considera trabajar hasta que tenga las fuerzas suficientes, «No quiero ser una carga para mi familia, mientras tenga vida voy a trabajar en lo que pueda», indicó con una voz quebrada del cansancio de los años que ya lleva encima.

La falta de oportunidades para las personas de la tercera edad en nuestro país es una realidad, no existen programas que busquen regular formas de sostener a esa parte de la población, en algunas ocasiones estas personas resultan siendo llevadas a asilos ya que ni la misma familia se hace cargo de ellos.

La entrada de la Parroquia de los Remedios, Templo El Calvario, es uno de los lugares que visita en algunas ocasiones, «me acerco a las Iglesias porque se que Dios me va a socorrer a través de las personas», finalizó Don José, con la convicción de que la ayuda llega siempre, aunque no de la manera que el quisiera.

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