«No sabía que rascarme me haría tanto daño» 

Pablo Eliazar Asicona Ijom, es un hombre de 22 años, originario de la aldea San Gaspar Chajul, Quiche. Desde niño enfrenta circunstancias adversas, de las cuales aprendió a solventar cada una de ellas con la mayor valentía, aunque algunas han sido más grandes de lo que podía imaginar.

«Yo no sabía que rascarme me haría tanto daño, solo sentía que me picaba mucho», comentó, Pablo. Estas acciones generaron que una infección pequeña y tratable se fuera convirtiendo en un problema muy grande. A lo largo de 1 año fue creciendo una especie de bolsa en su ojo derecho hasta llegar al límite de tapar la mitad de su rostro.

«La gente me mira con desagrado, pero tengo que ver cómo me gano algo de dinero», expresó, el joven que a diario sale a buscar ayuda económica para llevar sustento a su casa. Su situación es complicada debido a que su papá ya cuenta con más de 60 años y no puede trabajar, y para Pablo el deseo de trabajar se terminó porque su visibilidad es muy tenue.

Aunque algunas visitas al médico le han indicado que su enfermedad tiene solución, Asicona no logra juntar el dinero necesario para su tratamiento, «me dijeron que en Huehuetenango me operan, pero me sale en Q160 mil, y la verdad a duras penas junto para comprar la comida en mi casa», agregó.

Hace unos años un grupo de migrantes residentes en los Estados Unidos realizaron una colecta para brindarle una ayuda a Pablo, sin embargo, la falta de trabajo fue uno de los factores que impidió su operación. «Yo necesito trabajar, pero no puedo, si alguien me quisiera ayudar sé que Dios le recompensa», finalizó, Asicona.

Si algún guatemalteco de buen corazón desea brindarle apoyo a Pablo su número de contacto es el 4950-2063. Sus estadías en la capital son eventuales ya que después de reunir un poco de dinero regresa a su casa para ayudar a su papá y comprar la alimentación de la casa.

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